Pues sí, ahora toca descansar de verdad, no como en Nueva York. Mañana me voy a la playita, a Gandía. A ver qué tal, porque hace mil años que no voy de apartamento. Llevaba como 15 ó 16 años de mi vida yendo a un mismo camping en Oropesa del Mar. Hubo un descanso en medio en el que fuimos unos años a Asturias, también de camping, pero después volvimos a Oropesa.
Hasta que la fiebre inmobilística se apoderó de Oropesa y decidieron hacer una mega ciudad de vacaciones, Marina D'Or (grrr, cómo odio a sus creadores). Lo he visto crecer desde que no era más que dos edificios tristes. Ahora aquello parece... no sé, es un poco demasiado. De hecho, ya se están comiendo los campings, situados a unos dos kilómetros. Siempre nos decían que los campings no se tocarían, que era zona protegida, que estaban muy cerca del mar y no se puede construir... En fin, estaba claro que acabarían por comérselos: nadie quiere ir a su apartamento y que para llegar a la playa tenga que rodear un bonito y maravilloso camping. Por cierto, en otra ocasión hablaré sobre los campings, esos grandes desconocidos.
Empezaron por vender un camping, luego otro, luego desaparecieron los cines al aire libre de Oropesa (van a hacer unos Multicines en Marina D'Or)... El caso es que el año pasado vendieron nuestro camping, y con ello tuvimos que vender nuestra caravana. Y con ella, mis recuerdos de veranos de camping, parte de mi infancia, el lugar donde mi hermano dio sus primeros pasos... En fin, mil cosas.
Se me va a hacer raro ir a un piso de vacaciones, pero es lo que hay.
Así que me despido hasta el 4 de agosto, que volveré a dar caña. Bye
jueves, 24 de julio de 2008
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