lunes, 31 de mayo de 2010

Los pazos de Ulloa: Galicia inmortal


Emilia Pardo Bazán es una de esas escritoras que nos ha acercado Galicia a los que todavía no hemos ido allí. Con su estilo que se mueve entre el naturalismo y el realismo, sus creencias progresistas dentro del catolicismo, nos muestra la Galicia rural, lugares a los que la "civilización" todavía no había llegado y que sorprenderán al nuevo capellán de Ulloa.

Un libro en el que los paisajes pueden más que los diálogos. En cierta forma, puede recordar a La Regenta por eso de mostrar una sociedad y una realidad cerrada. Los pazos de Ulloa es un libro muy recomendable, no demasiado largo, y que lleva al lector a su segunda parte, La madre naturaleza (que buscaré en cuanto tenta tiempo), para conocer el destino de sus personajes.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Y Lost acabó

Terminó Lost. Y el final no ha dejado a nadie indiferente:los fans se dividen entre grandes detractores y no menos defensores del final de una serie que ha marcado un hito.

No es la mejor serie de la historia, ni de lejos; pero sí ha supuesto una forma diferente de seguir las series e incluso, si me apuras, de narrar. La posibilidad de ver el final en directo en España, aunque fuera a las seis y media de la mañana, ha supuesto todo un hito, un paso al frente que, aunque se haya dado un poco de lado por las dificultades técnicas que conllevó, ha sido un primer e importante paso.

Termina una de las series más adictivas, que más enganchados nos tenían y que nos dejará con mono durante un tiempo. Los misterios de esa isla, la mayoría de los cuales han quedado sin resolver (¿y qué más da?), nos traían de cabeza a todos, los guionistas de Perdidos lo sabían y han jugado con ello manteniendo hasta el final incógnitas que han quedado en el aire y que nunca más volverán.

¿Qué pasaba realmente en la isla? ¿Qué pasó después? ¿Por qué? Muchas respuestas y una sola respuesta: ¿qué más da? El caso es que hemos una gran experiencia, que nos ha llevado a foros, blogs y webs como locos para intentar aclarar dudas y consultar las teorías de los demás. Algo que sólo ha sido posible gracias a internet, quien nos facilitaba seguir la serie a ritmo estadounidense y compartir nuestros pensamientos y teorías con los demás.

Nunca antes me había preocupado por mirar la fecha en la que emitían los capítulos de una serie en Estados Unidos. Lost ha hecho que viva las series de una forma diferente. Eso es con lo que me quedo; y con una historia llena de recovecos en la que perderse, como Jack, Locke y compañía.

Queda claro que soy de los que han quedado contentos con el final, no como le pasó a Hitler, aunque no le falta razón en todo lo que dice (cuidado, espoilers en el vídeo):

miércoles, 19 de mayo de 2010

El capítulo final de Lost

Está a la vuelta de la esquina el último capítulo de Perdidos. Ya no queda nada. La recta final está dejando a los fans con un sabor agridulce, con algunos (pocos) capítulos muy buenos y otros que flaquean, con explicaciones un poco tontas de todo lo que había ocurrido en la isla y con muchos enigmas que parece que quedarán sin explicación, o si la tienen, no nos dejará satisfechos.

De todas formas, ese capítulo de dos horas y media con el que terminará va por el camino de convertirse en todo un acontecimiento. En España, Fox lo emitirá en directo a las 6 de la mañana del lunes 24 en versión original sin subtítulos, igual que lo estarán viendo en ese momento en la costa oeste de Estados Unidos.

En Cuatro han preferido esperar media hora (hasta las 6.30 horas) pero poder poner subtítulos, conocedores de que el nivel de inglés de la gran mayoría de los españoles no es demasiado alto. Total, ¿qué es media hora si podemos asegurarnos de entender lo que Jack, Locke y compañía dicen? Además, montarán un megaevento para ver en Madrid en pantalla grande el final de la serie.

Yo tengo un gran dilema: podría verlo en Cuatro a las seis y media de la mañana; mi horario de trabajo me permitiría verlo tranquilamente, e incluso dormir una horita después del capítulo y antes de ir al curro. Pero lo vería sola. Todo Perdidos lo he visto con mi hermano (y las cinco primeras temporadas, con mis padres también, hasta que eso de los viajes en el tiempo empezó a cansarles y abandonaron). Pero si lo queremos ver mi hermano y yo juntos, tendrá que ser el martes por la noche, con el riesgo de permanecer fuera de la conversación durante dos días y de habernos enterado de mil "espoilers" por internet (sé, por experiencia, que por mucho que no quieras leer nada, terminas haciéndolo).

No sé qué haré finalmente, lo seguiré pensando; lo que está claro es que echaré de menos Lost, y todos los "losties" nos quedaremos como en esta promo que presentaron a un concurso de la ABC:

miércoles, 12 de mayo de 2010

Mi historia atlética

Por mi cuerpo corre sangre atlética. Éramos bastante pequeños cuando nuestros abuelos maternos nos llevaban a mi hermano y a mí al Calderón. Aprovechando que el tío de mi madre renovaba su abono, visitábamos la sala de trofeos y conseguían que nos dejaran pasar a ver el asiento donde vería los partidos. Ese estadio completamente vacío, todavía con bancos corridos y que por fuera tenía los colores rojiblancos, nos llegó al alma.

El primer partido de fútbol que vimos en directo fue un amistoso entre el Alcalá y el Atleti en el campo de la Virgen del Val. Yo ya sabía a la perfección qué era un fuera de juego, pero mi obsesión era buscar por la banda a Caminero: cosas de estar entrando en la adolescencia.

No sé si fue ese año o el siguiente, pero llegó el momento de ver un partido en el Calderón por primera vez. Yo tenía 12 años; mi hermano 9. Y vivimos desde las gradas la victoria frente al Albacete que nos dio el título de Liga del año del doblete. La mejor primera vez en el Calderón que se pueda tener.

Pronto nos dimos cuenta de que esto no iba a ser un camino de rosas. Ya me lo venían advirtiendo: somos los pupas, los sufridores... Pero la cabeza no sirve en estas cosas. Llegó el descenso, una noche de llorar mucho, y días de pasarlo muy mal.

El domingo antes de empezar los exámenes de Selectividad teníamos la oportunidad de ascender de nuevo a primera tras un añito en el infierno, y ahí estuvimos, en el estadio, para dar nuestros ánimos al equipo. Cuando terminamos y ya sabíamos que las carambolas no nos habían favorecido, que tendríamos que esperar una jornada (y al final tuvimos que esperar un año más), me hice una foto en el estadio en la que, aunque no se note, estaba temblando de nervios por los exámenes del día siguiente.

Y poco a poco, aquí hemos llegado. Desde el primer momento tuve claro que siempre sería del Atleti, que moriría sintiendo estos colores. Y muy orgullosa de ello. Lo llevo en la sangre, me viene de familia, es normal que hoy esté más nerviosa de lo normal. Muchos recuerdos a la vez colgados en un corcho encima de mi cama.

viernes, 7 de mayo de 2010

Momentos del concierto

Algunos de los momentos del concierto del miércoles en el Palacio de Deportes. Lo que fui es lo que soy, Viviendo deprisa, Corazón partío, Si hay Dios, Lo ves, Aquello que me diste y Tu letra podré acariciar, canciones míticas donde las haya.

No es la mejor grabación que os podáis imaginar, pero sirve para haceros una idea de cómo se vive el concierto.

Momentos del concierto de Alejandro Sanz en el Pabellón de Deportes de Madrid from Natalia Marcos on Vimeo.

jueves, 6 de mayo de 2010

Ha vuelto Alejandro

Ayer volvió Alejandro a Madrid. Y lo volvió a hacer. Volvió a dejar a toda la audiencia satisfecha. ¿El secreto? Recuperar canciones míticas de todos sus discos para deleite de todos, de los que queremos sus canciones de siempre y los que también quieren novedades.

Los dos anteriores conciertos suyos a los que fui no tuvieron demasaidas novedades, de hecho el segundo me dejó un poco fría por eso: sabía qué iba a cantar en cada momento, y eso que eran giras con discos diferentes. Esta vez no ha sido así.

Nos sorprendió con una increíble Si hay Dios, con Todo lo que fui es lo que soy, con Viviendo deprisa, con Aquello que me diste (flipante)... Y las que no pueden faltar, como Corazón partío, Lo ves, Mi soledad y yo o Y si fuera ella. Decir que alguna de ellas fue más coreada por el público que otra sería imposible: todos nos sabíamos todas las canciones y lo demostramos a voz en grito, es a lo que vamos, ¿no?

Como colaboraciones sorpresa sobre el escenario, Antonio Carmona (sobraba un poco...) y la Mala Rodríguez, una colaboración rápida y directa, mucho mejor. Por haber, hubo hasta guitarras rotas a golpes sobre el escenario (¿qué narices pinta eso en un concierto de Alejandro Sanz?).

Cuando volvía en el autobús no podía parar de pensar en aquella hora que pasé con él, codo con codo. La entrada de anoche costaba 40 euros, pero aquello no tuvo precio.

De momento, todos los que fuimos al concierto nos lo quedamos guardado en la memoria. En cuanto esté listo os pondré un vídeo (cutre) con bastantes de los grandes momentos de la noche. Como adelanto, podéis ver este Yo Periodista y estas fotitos de ambiente: (ah, y echad un ojo al blog de Havisolo, que estuvo también por ahí pendiente del concierto y del partido del Real Madrid al mismo tiempo ;)

martes, 4 de mayo de 2010

Estás vivo

Acabo de terminar la cuarta temporada de A dos metros bajo tierra. Sólo me queda la última, y ya empieza a darme pena terminar una serie tan grandiosa.

Para mí, la cuarta no es su mejor temporada, pero el capítulo final hace que la serie remonte de nuevo hasta lo más algo. Para muestra, transcribo el último diálogo. David, uno de los hijos, que pasó hace unos capítulos por una experiencia que le puso al borde de la muerte, dialoga con su padre muerto:

- Pensé que así me liberaría, pero no ha cambiado nada, excepto que ahora sé que está realmente loco.
- No comprendes la cuestión.
- No hay nada que comprender; esa es la cuestión, ¿verdad?
- No me vengas con basura existencial, espero algo más de ti. La cuestión está delante de tus narices.
- Bueno, lo siento, pero no la veo.
- ¿Ni siquiera estás agradecido?
- ¿Agradecido? ¿Por la peor experiencia de mi vida?
- Te agarras a tu sufrimiento como si significase algo, como si mereciese la pena, y no merece la pena, olvídalo. Las posibilidades son infinitas y tú sólo te lamentas.
- ¿Y qué es lo que tengo que hacer?
- ¿Tú qué crees? Puedes hacer lo que quieras, idiota, ¡estás vivo! ¿Qué es un poco de sufrimiento comparado con eso?
- No puede ser tan simple.
- ¿Y si lo es?