Desde que me llevo series a mis días de playa, leo menos en vacaciones. Aun así, es la época del año que, tradicionalmente, dedicaba a los libros que durante el resto del año no podía leer por culpa de las lecturas obligatorias para Filología. Este año he terminado la carrera, así que ahora ya puedo dedicarme plenamente a todo lo que me apetezca leer en cada momento.
Para estas vacaciones tenía reservado Orgullo y prejuicio. Hacía tiempo que quería leerlo, de hecho, compré el libro en octubre del año pasado pensando en este verano. Vi la película protagonizada por Keira Knightley hace un año, cuando todo el mundo ya se la sabía de memoria. Y la serie con Colin Firth la tengo en la nevera, espero que no por mucho tiempo. Mucho mejor que Cumbres borrascosas el año pasado, más oscuro y algo más complicado, para mi gusto. La historia de Orgullo y prejuicio nos suena a todos, sabemos qué va a pasar, y aun así, queremos ver cómo pasa. Esa es la gracia. Y los personajes, claro. Es fácil engancharse a Elizabeth Bennet, al resto de sus tontas hermanas, a su cínico padre y a su desquiciada madre. Y es fácil enamorarse del señor Darcy. Como le ocurrió a Bridget Jones. De hecho, El diario de Bridget Jones es una especie de Orgullo y prejuicio moderno, salvando las distancias. Una novela perfecta para las noches de verano. Seguiré con más libros de Jane Austen. Quizá Sentido y sensibilidad; o Persuasión, como me han recomendado.
En Gandía me compré Misery. No tenía previsto leerlo ahora, pero quería hacerlo en algún momento. Me gusta leer algo de Stephen King de vez en cuando, y la película sobre Misery me gustó muchísimo. Con el recuerdo lejano de la adaptación cinematográfica, el libro lo he disfrutado más todavía. No recordaba más que la base de la historia; los momentos clave me volvieron a pillar por sorpresa. Me resulta curioso cómo una historia con solo dos personajes (sale alguno más, pero con una función muy muy secundaria) puede dar para tanto. La obsesión de esa mujer por su escritor favorito y por un personaje ficticio da mucho miedo por lo que podría tener de real. Para quien no conozca la historia: un escritor de bestsellers sufre un accidente de tráfico y tiene la desgracia de que la primera persona que le encuentra en la carretera es Annie Wilkes, una mujer peligrosa y obsesionada hasta la locura con sus novelas que tomará al escritor como su particular rehén. Locura, claustrofobia, agobio, toques gores... Muy recomendable.
Y mientras, como telón de fondo, las Historias de Londres y de Nueva York de Enric González. Empecé el libro Todas las historias y un epílogo antes de ir a la playa para ir leyendo cosillas sobre Londres. Ahora lo he retomado. En este tomo están recopiladas las crónicas que forman parte de Historias de Londres, Historias de Nueva York e Historias de Roma; estoy disfrutando bastante más las segundas, como era de esperar. Pero leer al gran Enric González en general siempre es un placer.
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martes, 4 de septiembre de 2012
sábado, 31 de marzo de 2012
'Todo lo que podríamos haber sido...'

La novela de Albert Espinosa es de lectura rápida, fácil, sin complicaciones. E igual que se lee, se olvida. Sin más. Eso sí: el título no tiene nada que ver con lo que te encuentras en el libro... hasta el final.
Quiere ser y no llega. Quiere ser muchas cosas: bucear en la personalidad de su protagonista, en sus relaciones, plantear mundos posibles, otras vidas, otros seres... Pero se queda a medio camino. Tanto surrealismo en medio de una narrativa tan cercana, tan de tú a tú, no convence. Algo chirría.
Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo cuenta la historia de un chico con un peculiar don en medio de un mundo que está dejando de dormir, abandonando sus sueños para decantarse por la realidad. Pero súbitamente, su mundo cambia en una noche. Justo la noche después de que su madre muera.
Espinosa nos deja con un amargo sabor de boca después de habernos llevado por la historia de una noche tras la que la vida del protagonista no volverá a ser la misma. Pero poco nos importa el chico que nos cuenta su vida. El mundo imposible que nos presenta el autor no cala en el lector (al menos, en esta lectora). Eso sí, engancha al principio y después quieres saber cómo termina todo; el estilo de escritura sencillo y ágil hace que sea fácil engancharse y llegar al final.
A quienes sueñen con mundos alternativos y otras vidas posibles, puede que les guste Todo lo que podríamos haber sido... A los que tenemos los pies en el suelo, nos chirría esta mezcla. Lo que está claro es que Albert Espinosa tiene excelentes facultades como narrador. Quizá con otra historia me guste más.
martes, 13 de marzo de 2012
Cuatro hermanas

El libro se divide en la historia de las tres hijas mayores y los dos padres, cada uno con sus deseos satisfechos e insatisfechos, sus secretos y sus amores.
Narrado de una forma sencilla, no termina de apasionar pero tampoco te lleva a abandonar, una lectura sin más que se lee y se olvida igual de fácilmente. Una novela de personajes, con los sentimientos por encima de la acción y la sencillez del mundo rural que agobia y satisface a partes iguales a los protagonistas. Una historia de la vida, sin más.
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miércoles, 2 de noviembre de 2011
El día de difuntos de 1936

- ¡Día de Difuntos! -exclamé
Y el bronce herido que anunciaba con lamentable clamor la ausencia eterna de los que han sido parecía vibrar más lúgubre que ningún año, como si presagiase su propia muerte. Ellas también, las campanas, han alcanzado su última hora, y sus tristes acentos son el estertor del moribundo; ellas también van a morir a manos de la libertad, que todo lo vivifica, y ellas serán las únicas en España ¡santo Dios! que morirán colgadas. [...]
¿Dónde está el cementerio? ¿Fuera o dentro? Un vértigo espantoso se apoderó de mí, y comencé a ver claro. El cementerio está dentro de Madrid. Madrid es el cementerio. Pero vasto cementerio donde cada casa es el nicho de una familia, cada calle el sepulcro de un acontecimiento, cada corazón la urna cineraria de una esperanza o de un deseo.
Entonces, y en tanto que los que creen vivir acudían a la mansión que presumen de los muertos, yo comencé a pasear con toda la devoción y recogimiento de que soy capaz las calles del grande osario.
- ¡Necios! -decía a los transeúntes-. ¿Os movéis para ver muertos? ¿No tenéis espejos por ventura? [...] ¡Miraos, insensatos, a vosotros mismos, y en vuestra frente veréis vuestro propio epitafio! [...]
Una nube sombría lo envolvió todo. Era la noche. El frío de la noche helaba mis venas. Quise salir violentamente del horrible cementerio. Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos.
¡Santo cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro. ¿Qué dice? Leamos. ¿Quién ha muerto en él? ¡Espantoso letrero! ¡Aquí yace la esperanza!
¡Silencio, silencio!
El día de difuntos de 1936. Mariano José de Larra, 2 de noviembre de 1836
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jueves, 1 de septiembre de 2011
La novela de la desilusión

Don Quijote es la primera novela de la desilusión; es la aventura de un loco maravilloso que recobra una triste razón. Nadie ni nada [...] habían concebido, antes de Cervantes, la narración de una aventura de la desilusión y la pérdida. Quizás, por ello, Don Quijote es la más española de todas las novelas.Palabras de Carlos Fuentes recogidas en la introducción de la edición del Quijote del Centro de Estudios Cervantinos.
Esperanza y desesperanza, ilusión y desilusión. El Quijote da mucho más que páginas de entretenimiento.
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sábado, 27 de agosto de 2011
El periodismo y los tímidos
"Aunque seguía sin invitar a muchachas a los bailes, a veces asistía a ellos solo, en mi nuevo papel de columnista social. Para los individuos tímidos y curiosos como yo, el periodismo era el interés ideal, un medio que permitía trascender las limitaciones de la reticencia".Gay Talese, "Orígenes de un escritor de no ficción" (en Retratos y encuentros)
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miércoles, 29 de junio de 2011
Faceboom

Hace casi dos años que tenía este libro en mi estantería y no había encontrado el momento para leerlo, y eso que son apenas 120 páginas y se puede leer de una sentada.
Faceboom pretende ser una mirada ácida y satírica del fenómeno Facebook (exactamente lo que parece que es por el título). Igual es por el tiempo que ha pasado y la rapidez de los cambios en la red social, o porque hemos crecido como usuarios sociales, pero ahora más que una sátira de Facebook es un comentario en tono ligero sobre ella (o él, sea cual sea el género de Facebook: "ello", mejor).
De todas formas, puede resultar curioso a los facebookeros habituales. Aunque hoy en día a muchos nos interesa más Twitter, que en este libro solo se trata de pasada y como un hermano menor de Facebook.
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miércoles, 22 de junio de 2011
Solo eso, una Riña de gatos

Con el último Premio Planeta, Eduardo Mendoza nos sitúa en el ambiente tenso y difícil del Madrid de los días previos al comienzo de la Guerra Civil española. Los diferentes bandos que protagonizarían la contienda y la posterior dictadura ya se empezaban a preparar para lo que vendría. Y en medio de todo eso, en medio de republicanos, falangistas, comunistas y militares descontentos, se encuentra el protagonista de la historia, un inglés especialista en pintura española, sobre todo en Velázquez, Anthony Whitelands, que todos los bandos querrán tener de su parte.
Riña de gatos es una novela situada en una época que nos es más o menos familiar pero con unos personajes al más puro estilo Mendoza, en los que nada es lo que parece a simple vista. Una historia bien narrada en la que lo mejor no es el final pero que consigue entretener a un lector que se debe dejar llevar de la mano del narrador sin pretender que todo tenga sentido al final (no lo tendrá).
No es la mejor novela del escritor. Sin embargo, su amenidad y ligereza la acerca a gran parte del público lector. Una historia entretenida situada en un complicado periodo de nuestra historia que termina quedando en eso: una simple riña de gatos.
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domingo, 16 de enero de 2011
Cien años de soledad y Macondo, sin segundas oportunidades

"Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra"Cien años de soledad. Hacía tiempo que quería leerlo y nunca encontraba el momento, me producía respeto. Precisamente por eso, me decidí a viajar con la mente a Macondo, ese pueblo a medio camino entre la realidad y la ficción, entre lo terrenal y la fantasía. Un lugar aislado del resto del mundo donde es posible que se esté lloviendo durante cuatro años, once meses y dos días seguidos, o que un solo hombre haga 32 guerras civiles y las pierda todas, o que tres mil personas sean asesinadas por el ejército y llevadas al mar en un tren de doscientos vagones y nadie en el pueblo salvo una persona recuerde tal acontecimiento.

Si le das vueltas a la historia, lo lees como metáfora de la sociedad contemporánea o desde el punto de vista mítico, Cien años de soledad te gusta. Si te dejas llevar por la narración y las vicisitudes de los Buendía, Cien años de soledad te gusta. No hay escapatoria. Estarás enganchado sin remedio desde las primeras líneas:
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
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lunes, 29 de noviembre de 2010
Tuya, de Claudia Piñeiro

Hacía tiempo que una novela no me enganchaba tanto, esas en las que una página te lleva a la otra, un capítulo a otro, y así hasta que te das cuenta de que has estado leyendo más tiempo del que tenías planeado antes de empezar.
Tuya, de Claudia Piñeiro, engancha. Quizá sea por sus pocas páginas. Quizá sea por la historia ágil, entretenida, policíaca, en los límites de la novela negra. Quizá sea por la narración, casi con tantos puntos de vista como capítulos. Tuya engancha.
Inés descubre por casualidad que su marido la engaña con alguien que firma sus cartas como "Tuya". ¿Quién es Tuya? ¿Desde cuándo? ¿Por qué? ¿Merece la pena echar todo por la borda o no? ¿Cómo lidiar a la vez con una hija adolescente que no cuenta nada de lo que le ocurre a sus padres? A partir de ahí, tenemos una novela negra en la que la autora saca a relucir su maestría a la hora de narrar historias. Y en menos de lo que esperas, llegas al final...
Muy recomendable.
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jueves, 18 de noviembre de 2010
Cuernos, de Joe Hill

Cuando empecé a leer Cuernos, de Joe Hill, no sabía que era el "hijo de Stephen King". Me atrajo el argumento: un hombre se despierta un día después de una resaca monumental y comprueba que tiene un bonito par de cuernos (de los de verdad, no los metafóricos) en su cabeza. No recuerda qué ha pasado. Pero el caso es que esos cuernos hacen que los demás se comporten de forma extraña con él y le cuenten sus más oscuros deseos, además de poder conocer él cosas del pasado de los otros. (Si quieres leer las primeras páginas en pdf...)
Sí, suena muy a Stephen King. Pero es muy diferente. ¿Para mejor o para peor? Diferente. A mí no me ha convencido tanto como su padre, pero hay gustos para todo. Con un ritmo pausado, el libro va desarrollando la vida de los protagonistas: una chica que murió en extrañas circunstancias y un par de amigos desde la infancia con personalidades muy diferentes, como suelen ser los amigos.
La venganza se va perfilando poco a poco como el objetivo de Ig, el hombre-diablo con cuernos. Pero mejor no contar demasiado del argumento. Para pasar el rato, no está mal. Eso sí, no se puede esperar terror ni historias escalofriantes ni inquietud antes de irse a la cama.
Ah, y si no tienes ganas de leerlo, puedes esperar a la película: Mandalay Pictures ya se ha hecho con los derechos. Pues eso, te lo puedes ahorrar, si quieres.
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lunes, 18 de octubre de 2010
Sushi para principiantes

Tenía ganas de volver a leer uno de esos libros, algo sencillo, ameno, ágil. Sushi para principiantes reúne esos requisitos: varias mujeres en busca de satisfacer su supuestamente gris vida, con historias que se van entrecruzando, conversaciones como las que pudiéramos tener todos con nuestros amigos y situaciones un poco fuera de lo común. Entretenido, vamos. Pero poco más.
Es quizá el libro más famoso de su autora, Marian Keyes. El boca oreja le ha funcionado muy bien porque da lo que promete: entretenimiento ligero, sin profundidad alguna, con personajes en los que puede que te llegues a ver reflejado de alguna manera, quizá incluso alguna sonrisa durante la lectura. Libros de esos que en el verano devorarías.
No es Bridget Jones, por supuesto. Pero para pasar el rato, sabiendo lo que vas a encontrar de antemano, ahí está.
sábado, 19 de junio de 2010
Saramago forever
Se iluminó el disco amarillo. De los coches que se acercaban, dos aceleraron antes de que se encendiera la señal roja. En el indicador del paso de peatones apareció la silueta del hombre verde. La gente empezó a cruzar la calle pisando las franjas blancas pintadas en la capa negra del asfalto, nada hay que se parezca menos a la cebra, pero así llaman a este paso. Los conductores, impacientes, con el pie en el pedal del embrague, mantenían los coches en tensión, avanzando, retrocediendo, como caballos nerviosos que vieran la fusta alzada en el aire. Habían terminado ya de pasar los peatones, pero al luz verde que daba paso libre a los automóviles tardó aún unos segundos en alumbrarse. Hay quien sostiene que esta tardanza, aparentemente insignificante, multiplicada por los miles de semáforos existentes en la ciudad y por los cambios sucesivos de los tres colores de cada uno, es una de las causas de los atascos de circulación, o embotellamientos, si quieremos utilizar la expresión común.Así empieza Ensayo sobre la ceguera, el libro que más me ha impactado en mi vida y el que siempre nombro como libro preferido (después de El Quijote, por supuesto). Saramago nos dijo adiós ayer. Todavía tengo en la estantería Caín, su último libro, esperando turno para ser devorado, como ha ocurrido con el resto de libros de Saramago que he leído.
Al fin se encendió la señal verde y los coches arrancaron bruscamente, pero enseguida se advirtió que no todos habían arrancado...
La vida del Nobel portugués se ha extinguido, pero su obra nos quedará para siempre.
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sábado, 12 de junio de 2010
En la Feria del Libro de Madrid
Ayer estuve dando un breve paseo por la Feria del Libro de Madrid, la primera vez que iba a la Feria. Además de comprobar que para los clásicos no hay crisis que valga, vi que incluso un viernes laboral por la mañana hay gente comprando en las casetas, sobre todo niños y chicos de "excursión" pero que tienen un pequeño presupuesto para comprar algún que otro libro. Las tiendas de cómics eran las que más triunfaban, al menos a primera hora de la mañana.




Primera hora de la mañana en la Feria del Libro de Madrid from Natalia Marcos on Vimeo.
Libros para todas clases de personas, servicios para lectores y lectoras, El País y Babelia en la Feria y precios contra la crisis:




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sábado, 24 de abril de 2010
Día del libro
Ayer fue el Día del Libro. Cuando iba a publicar este post por la noche me quedé sin internet en casa, así que, aunque sea con retraso, feliz día del libro, porque cualquier día es bueno para leer y para empezar un buen libro.
(Viñeta de Marcos y Molduras)
(Viñeta de Marcos y Molduras)

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viernes, 29 de enero de 2010
Salinger y recuerdos
Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco.Así empieza El guardián entre el centeno. Y así me enganchó Salinger cuando yo acababa de cumplir los 17 (lo pedí para Reyes ese año). Estaba en el instituto, pero nadie me obligó a leerlo (lástima, porque muchos otros se lo perdieron por esa razón). Escuché en alguna parte su nombre, lo vi en una librería, le eché un vistazo y pensé: "lo quiero leer". Más tarde convencí a mi hermano para leerlo, y también le enganchó bastante. Busqué un libro de relatos cortos de Salinger, "Nueve cuentos", lo saqué de la biblioteca y lo leí en verano.
Ayer falleció. Aunque llevaba años y años de reclusión, apartado del mundanal ruido. De hecho, la peli Descubriendo a Forrester se inspira en su persona.
Lo bueno es que Holden Caulfield siempre estará ahí para volver a él cuando queramos.
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viernes, 22 de enero de 2010
El reino de este mundo y Haití
Estos días, con lo del terremoto en Haití, me he acordado bastante de la única referencia que tenía sobre este país: la idea que Alejo Carpentier me transmitió a través de El reino de este mundo. Un país en el que el realismo mágico era y es posible.
Así termina sus días Henri Christophe en el reino de este mundo, un final impresionante cuando todo el mundo le había dado la espalda:
Así termina sus días Henri Christophe en el reino de este mundo, un final impresionante cuando todo el mundo le había dado la espalda:
Casi no se oyó el disparo, porque los tambores estaban ya demasiado cerca. La mano de Christophe soltó el arma, yendo a la sien abierta. Así el cuerpo se levantó todavía, quedando como suspendido en el intento de un paso, antes de desplomarse, de cara delante, con todas sus condecoraciones. Los pajes aparecieron en el umbral de la sala. El rey moría, de bruces en su propia sangre.
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miércoles, 30 de diciembre de 2009
sábado, 19 de diciembre de 2009
El pirata de Espronceda
La poesía española del Romanticismo no sería lo mismo sin José de Espronceda. Su evolución como poeta, desde el neoclasicismo hasta el romanticismo más beligerante, representa también la evolución que se fue dando en la poesía española en el siglo XIX.
De familia acomodada y muy activo en la política de su tiempo desde las posturas de los liberales exaltados y muchas veces desde el extranjero, murió joven, con 34 años, de una enfermedad de garganta.
Cuando da el salto al estilo romántico, muchos de los protagonistas de sus poemas serán seres marginados socialmente, diferentes. El pirata, el concenado a muerte, el mendigo, el verdugo, entre los que consigue sus mejores logros como escritor.
En esta relectura de la obra poética de Espronceda, me ha sobrecogido especialmente El reo de muerte, con ese insistente "¡Para hacer bien por el alma del que van a ajusticiar!". Pero siempre me quedo leyendo y releyendo la Canción del pirata. Siempre merece la pena volver sobre ella, me llena de energía y de esperanza, no sé por qué. Un canto al Romanticismo:
De familia acomodada y muy activo en la política de su tiempo desde las posturas de los liberales exaltados y muchas veces desde el extranjero, murió joven, con 34 años, de una enfermedad de garganta.
Cuando da el salto al estilo romántico, muchos de los protagonistas de sus poemas serán seres marginados socialmente, diferentes. El pirata, el concenado a muerte, el mendigo, el verdugo, entre los que consigue sus mejores logros como escritor.
En esta relectura de la obra poética de Espronceda, me ha sobrecogido especialmente El reo de muerte, con ese insistente "¡Para hacer bien por el alma del que van a ajusticiar!". Pero siempre me quedo leyendo y releyendo la Canción del pirata. Siempre merece la pena volver sobre ella, me llena de energía y de esperanza, no sé por qué. Un canto al Romanticismo:
Que es mi barco mi tesoro,
Que es mi Dios la libertad,
Mi ley, la fuerza y el viento,
Mi única patria la mar.
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sábado, 24 de octubre de 2009
Noches lúgubres
Me gusta tener siempre alguna asignatura de literatura cada año cuando me matriculo de Filología. Este año creo que me lo voy a pasar bien con la asignatura de quinto Literatura Española del siglo XVIII y XIX. Me gustan esos siglos literarios. Lo malo es que la parte teórica es demasiado extensa, pero eso ya es otro cantar.
Para arrancar, un poco de prerromanticismo español con José Cadalso y sus Noches lúgubres. No lo había leído todavía, y me ha gustado reencontrarme con el Romanticismo, o una versión de él previa a su consolidación en España. A Cadalso se le ha llamado el primer Romántico de Europa, aunque no sea una definición muy ajustada. Sí que es el introductor del género sepulcral en España gracias a sus Noches inacabadas.
Gracias a este libro se creó una leyenda muy del estilo Romántico que decía que, tras la muerte de María Ignacia Ibáñez, la "Filis" de sus poemas, la desesperación de Cadalso fue tal que una noche intentó desenterrarla para llevarse el cadáver a su casa. Sin embargo, le pilló el conde de Aranda y fue desterrado por esa razón. Sin embargo, no ha podido ser comprobado y ha quedado en el campo de la leyenda.
Precisamente esa historia es la que marca el hilo de lo que ocurre en las Noches lúgubres, con algunas variantes. El protagonista, Tediato, busca ayuda en el sepulturero Lorenzo para intentar sacar el cadáver de su amada, llevarlo a su casa, incendiar la casa y morir junto a ella. Pero los dos intentos se verán frustrados por la rápida venida del sol. La tercera noche está incompleta, por lo que nunca sabremos qué ocurrió al final, si Tediato consiguió su objetivo o si su sufrimiento romántico tuvo que alargarse durante más tiempo, e incluso indefinidamente.
Noche, tumbas, sonidos de almas en pena, cárcel, lamentos, y el amor por encima de todo. Romanticismo en sus primeros pasos y marcando lo que sería la moda durante años en España y buena parte de Europa.
Para arrancar, un poco de prerromanticismo español con José Cadalso y sus Noches lúgubres. No lo había leído todavía, y me ha gustado reencontrarme con el Romanticismo, o una versión de él previa a su consolidación en España. A Cadalso se le ha llamado el primer Romántico de Europa, aunque no sea una definición muy ajustada. Sí que es el introductor del género sepulcral en España gracias a sus Noches inacabadas.
Gracias a este libro se creó una leyenda muy del estilo Romántico que decía que, tras la muerte de María Ignacia Ibáñez, la "Filis" de sus poemas, la desesperación de Cadalso fue tal que una noche intentó desenterrarla para llevarse el cadáver a su casa. Sin embargo, le pilló el conde de Aranda y fue desterrado por esa razón. Sin embargo, no ha podido ser comprobado y ha quedado en el campo de la leyenda.
Precisamente esa historia es la que marca el hilo de lo que ocurre en las Noches lúgubres, con algunas variantes. El protagonista, Tediato, busca ayuda en el sepulturero Lorenzo para intentar sacar el cadáver de su amada, llevarlo a su casa, incendiar la casa y morir junto a ella. Pero los dos intentos se verán frustrados por la rápida venida del sol. La tercera noche está incompleta, por lo que nunca sabremos qué ocurrió al final, si Tediato consiguió su objetivo o si su sufrimiento romántico tuvo que alargarse durante más tiempo, e incluso indefinidamente.
Noche, tumbas, sonidos de almas en pena, cárcel, lamentos, y el amor por encima de todo. Romanticismo en sus primeros pasos y marcando lo que sería la moda durante años en España y buena parte de Europa.
«¿Si será esta noche la que ponga fin a mis males? La primera, ¿de qué me sirvió? Truenos, relámpagos, conversación con un ente que apenas tenía la figura humana, sepulcros, gusanos y motivos de cebar mi tristeza en los delitos y flaqueza de los hombres. Si más hubiera sido mi mansión al pie de la sepultura, ¿cuál sería el éxito de mi temeridad? Al acudir al templo el concurso religioso, y hallarme en aquel estado, creyendo que... ¿Qué hubieran creído? Gritarían: muera ese bárbaro que viene a profanar el templo con molestia de los difuntos y desacato a quien los crió.»
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