jueves, 30 de agosto de 2012

Dentro del London Eye



Para ver Londres de las alturas, nada mejor que subirse al Ojo de Londres, la noria gigante a orillas del Támesis. Un poco caro para aproximadamente media hora de vuelta (17 libras si se sacan en la web), pero las vistas merecen la pena. No hay mucha cola, entre la fila para sacar las entradas y para montarse en la noria tardamos poco más de media hora, aunque imagino que variará en función de la hora del día (a última hora de la tarde había menos gente que a las cinco de la tarde, por ejemplo). En cada cápsula entran unas 15 personas, pero depende: en algunas meten a más personas que a otras. De todas formas, hay sitio para todos y da tiempo de sobra a hartarse de hacer fotos por todos los lados posibles.


 
Es curioso que la noria no para de girar en ningún momento: la gente se baja y se sube en marcha, así que os podéis hacer una idea de la velocidad lentísima a la que va. Ah, y un consejo si os váis a montar en la noria: prestad atención al tiempo y al lugar donde está el sol (si es que lo hay): al atardecer, el sol se esconde por detrás del Parlamento y la torre del Big Ben, con lo que las fotos saldrían siempre a contraluz... Nosotros montamos en una tarde nublada, creo que fue lo mejor para sacar fotos sin problemas de luces.















 

martes, 28 de agosto de 2012

Fin de la diversión

Estos carteles para anunciar cambios en la circulación de los vehículos siempre me han divertido mucho por los "falsos amigos".

Para mí, siempre significarán "Tráfico divertido" y "Fin de la diversión".



lunes, 27 de agosto de 2012

Los preparativos del carnaval de Notting Hill


El carnaval de Notting Hill es, como dice la Wikipedia, el mayor festival callejero de toda Europa. Tiene lugar cada año a finales de agosto, y este año caía en el 26 y 27 de agosto. Aprovechando que la mañana del domingo 26 estábamos todavía en Londres tras cuatro días en la capital de Inglaterra, nos acercamos a este barrio londinense para ver el ambiente carnavalesco. Lástima que todavía fuera muy pronto para que el carnaval realmente hubiera comenzado. Aun así, ríos de personas se acercaban hasta Portobello Road y alrededores para ir preparando los desfiles, los puestos de comida y empaparse del ambiente en el caso de los turistas.  



El carnaval de Notting Hill nació en los años sesenta como un festival local organizado por las comunidades afrocaribeñas de la zona del oeste de Londres pero, según dicen, ya se ha convertido en el mayor carnaval después del de Río de Janeiro. Más de 40 equipos de sonido, cientos de puestos de comida, miles de voluntarios, vestidos, plumas, colorido y silbatos y más silbatos dan su aire inconfundible a esta fiesta.



El domingo por la mañana todavía no había arrancado la fiesta, pero muchos puestos de comida ya estaban funcionando a pleno rendimiento. Algunos rastafaris ya habían empezado su particular fiesta en su casa y de sus ventanas salían música a todo volumen mientras saludaban a los transeúntes que iban abarrotando un barrio cortado y al que llegaban policías y voluntarios en autobuses.

La fiesta que se debió vivir por la tarde de este domingo (en el que el buen tiempo acompañó por la mañana) y durante el lunes ha debido ser bestial. De hecho, muchas tiendas y casas particulares estaban tapiadas en previsión de la locura que se pudiera vivir por la tarde. Años de experiencia y de sufrimientos, imagino...


Me gustó el paseo por el barrio de Notting Hill, aunque me quedé con ganas de ver el mercadillo de Portobello. La calle tiene señales con el tipo de puestos que hay en cada zona, y en el suelo se ven las marcas que indican dónde debe ir cada puesto. Será la excusa perfecta para volver a Londres en el futuro.







Y claro: giras una calle y te encuentras con un montón de gente haciendo fotos a una fachada. ¿Qué narices están mirando estas personas...? Por supuesto. No podía faltar la foto obligada en Notting Hill: la librería de la película de Hugh Grant y Julia Roberts. Pero Notting Hill es mucho más que una película.

 

sábado, 4 de agosto de 2012

Atracones de series

Mucho escribir sobre atracones de series y yo no me he confesado todavía.

Yo suelo echar mano de los fines de semana para ponerme al día con las series. Pero no hay demasiadas series que haya visto en plan atracón de los de verdad. Fringe ha sido lo más parecido: casi tres temporadas en aproximadamente mes y medio. No está mal, pero es que con Fringe es fácil: engancha que da gusto. En los últimos veranos también he aprovechado las tardes para ver series pendientes o engancharme a otras en cuestión de un par de días: uno de los casos que más recuerdo de enganche veraniego es Misfits; ahí sí que me dije varias veces eso de "venga, uno más y ya", y terminaron siendo dos o más del tirón. Y el enganche en familia más claro que hemos vivido recientemente ha sido The Good Wife.

En mi caso, tengo la teoría de que yo debería ver siempre una serie del tirón; mi memoria de pez no da para mucho y de un año a otro, yendo al día, me olvido de más de la mitad de las cosas (no exagero, me olvido completamente de todo, ni personajes ni situaciones... desastre total). Breaking Bad hay que verla del tirón, lo estoy pasando muy mal yendo al día. Con Perdidos debería haber hecho lo mismo: por suerte, tenía a mi hermano para irme recordando lo que había pasado antes y por qué pasaba lo que pasaba. Es lo bueno que veo a ver las series así: te sumerges mucho más en la historia, se vive mucho más intensamente y no corres el riesgo de olvidar.