sábado, 19 de julio de 2008

Cuarto día

Después del "subidón Bruce", seguimos con el relato del viaje a NYC. (Puf, Bruce, Bruce, Bruce, aún no se me quita de la cabeza...)

El viernes era 4 de julio, el día de la Independencia de los Estados Unidos. Es fiesta en el país, y como era viernes, este año ha sido una especie de puente (long weekend, como dicen ellos), así que se notó bastante la huída de los neoyorquinos fuera de la ciudad. Sin embargo, me decepcionó un poco. Yo esperaba algo así como desfiles con muchas banderitas americanas y mucho patriotismo. Y lo único que vi fue un par de frikis vestidos de Tío Sam y poco más. Además, estaban todas las tiendas de la Quinta cerradas (peor que si fuera domingo).

Por la mañana habíamos pensado ir a Central Park pensando que habría más ambiente por eso de la fiesta. Y bueno, comparado con el lunes, que volvimos al parque, sí que había más ambiente, pero tampoco para pasarse. Alquilamos un par de bicis para que nos diera tiempo a cubrir un poco más todo el área del parque, pero el problema es que las bicis no pueden entrar en muchos de los sitios más chulos, por eso decidimos volver más adelante. La verdad es que el precio me pareció un poco caro, aunque ahora no lo recuerdo exactamente. Pero bueno, es lo que tiene ir de guiri. Así que la mañana la gastamos en cansar otros músculos un poco diferentes a los que teníamos agotados y machacarnos el culo (yo llevaba así como tres años sin montar durante tanto tiempo en bici y ese tiempo, o más, sin hacer ejercicio...). Para terminar, un par de perritos y a otra cosa.

Seguimos con otra de las rutas que tenía preparada, que nos llevaba por parte de la Quinta y alrededores. Pero lo dicho, todo estaba cerrado. Pero da igual, todo merece la pena, ahora tengo más recuerdos de esos lugares, que es lo importante.

No recuerdo bien cómo terminó el día, imagino que correteando en alguna tienda de Times Square, que eran las que estaban abiertas. Y al final vi un poco de los fuegos artificiales que patrocina Macy's... en la tele del hotel. Qué tristeza. Pero es que para ver los fuegos había que irse a la orilla del río, ir con mucho tiempo de antelación y darte de codazos con la gente, además de que ese día llovía. Así que creo que hicimos lo mejor: irnos prontito a la cama y reponer fuerzas.

Ups, y este fue el día en que entré por primera vez en el maravilloso mundo de Apple. Bueno, lo dejo para otro post.

No hay comentarios: