domingo, 23 de enero de 2011

El País de mañana

¿Cómo será el periódico en el que trabajo en el futuro? ¿Nos informaremos através de tabletas y móviles solo? ¿Se mantendrá el papel? ¿Y los periodistas? ¿Cómo será la redacción?

Nacho Vigalondo se coló en El País y la puso patas arriba dos días. Me perdí parte del rodaje, pero me pude cruzar con él un par de veces (mola, porque cuando te le quedas mirando, te dice "Hola" como si realmente te conociera). Soy fan de Vigalondo y de todo lo que hace, por eso hoy he ido corriendo a la web de El País a ver cómo había quedado el corto-anuncio que grabó con redactores y jefes de El País.



Con making of y todo, para que sepas quién es quién.

miércoles, 19 de enero de 2011

Carnivale, la eterna lucha del bien contra el mal

- El patrón, tú, Jesucristo, Juan el Bautista... Todos vosotros. Os encanta tirar vuestra vida por la borda.
- Hicieron lo que tenían que hacer.
- No me jodas. ¿Crees que el Señor tuvo que morir para justificarse? Si cuando le dijeron "venga, baja de la cruz", Jesucristo hubiera bajado y les hubiera escupido en la cara, ¿habría pasado algo malo?
- Es la mayor tontería que he oído.
- No lo es. La mayor tontería es palmarla cuando no toca. [...] Y te diré otra cosa: en esta vida, la muerte es el camino más fácil.
(Carnivàle, 2x12)

Corren los años 30 en Estados Unidos. La gran depresión. Polvo en la carretera, pobreza generalizada... Un circo ambulante recorre los caminos animando la vida de los allá presentes con sus excentricidades. Pero eso es lo de menos. Lo importante en Carnivàle es Ben Hawkins, un joven que "casualmente" encuentran en uno de los pueblos, con unos poderes anormales, y sus obsesiones personales, que terminan implicando a todo el grupo en la búsqueda de sus orígenes. Por otra parte, un sacerdote que desde el principio vemos que no tiene mucho de santo, también obsesionado, "casualmente", con ese chico.

El bien contra el mal. Dios contra el demonio. Dos caras de la misma moneda. Sin uno no tendría sentido el otro. Y la vida contra la muerte. Morir para vivir; vivir para morir.

Entre tanto, amores, apuestas, celos, intrigas, con unos personajes extraños y cercanos.

Todo esto es Carnivàle, una serie de HBO cancelada en la segunda temporada por su alto coste y baja audiencia. Una cancelación que nos deja a medias, sin un final digno. Pero hasta llegar ahí, merece la pena. Eso sí, preparados para vivir momentos de gran tensión.

lunes, 17 de enero de 2011

Eskupeando los Globos de Oro

Noche de Globos de Oro, noche en vela. No he acertado demasiado en mi quiniela, soy mala tratando de adivinar, y con lo de las corazonadas, peor aún.

Y eso que estaba fácil, no ha habido sorpresas entre los premiados.

Lo mejor de la gala, los chistes de Ricky Gervais, que no han sentado nada bien a algunos
(por eso han sido lo mejor), y pasar la noche comentando las jugadas con Belinchón en Eskup y en Twitter.

Así fue la noche, y así se la hemos contado:

domingo, 16 de enero de 2011

Cien años de soledad y Macondo, sin segundas oportunidades

"Porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra"
Cien años de soledad. Hacía tiempo que quería leerlo y nunca encontraba el momento, me producía respeto. Precisamente por eso, me decidí a viajar con la mente a Macondo, ese pueblo a medio camino entre la realidad y la ficción, entre lo terrenal y la fantasía. Un lugar aislado del resto del mundo donde es posible que se esté lloviendo durante cuatro años, once meses y dos días seguidos, o que un solo hombre haga 32 guerras civiles y las pierda todas, o que tres mil personas sean asesinadas por el ejército y llevadas al mar en un tren de doscientos vagones y nadie en el pueblo salvo una persona recuerde tal acontecimiento.

Macondo es ese lugar de nuestra imaginación donde habitan los Buendía, una estirpe que va dejando tras de sí un reguero de fantasmas de los que las nuevas generaciones no se pueden librar. Solo las hormigas serán capaces de llevárselos por delante.

Si le das vueltas a la historia, lo lees como metáfora de la sociedad contemporánea o desde el punto de vista mítico, Cien años de soledad te gusta. Si te dejas llevar por la narración y las vicisitudes de los Buendía, Cien años de soledad te gusta. No hay escapatoria. Estarás enganchado sin remedio desde las primeras líneas:

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.

domingo, 2 de enero de 2011

El bautizo del Niño

Bautizo del Niño en Palencia from Natalia Marcos on Vimeo.


Una tradición palentina a la que nunca había asistido es el Bautizo del Niño, que se celebra cada 1 de enero. Mis tías y mi abuela nos hablaban de esta fiesta y este año por fin nos hemos acercado a ver en qué consiste de primera mano.

Se trata de una fiesta reconocida desde 1999 como de Interés Turístico Regional (y que lucha por ser declarada de Interés Turístico Nacional). Tiene lugar en la iglesia de San Miguel, en la que, según cuentan, se casó el Cid Campeador, y empieza con un acto religioso en su interior que da paso al comienzo de la procesión de la imagen del Niño mientras suena un villancico, Ea:
Ea que eres como una perla
Ola que los niños te adoran
Oye que te rondan pastores
Vaya que eres sol refulgente, Niño del Alma
Niño del Alma.
Dan la vuelta a toda la iglesia en procesión para terminar de nuevo en la misma puerta por la que salieron del templo, momento en el que las autoridades suben a unos balcones y empieza la pedrea. Que es lo que su propio nombre indica: tirar proyectiles en forma de caramelos a todos los asistentes que abarrotan la plaza.

¿Divertido? Puede, así dicho. Pero cuando te dan unas cuantas bolas de caramelo en la sien, la cabeza... la cosa empieza a ponerse seria. Aun así, está curioso. Eso sí, hace falta técnicas especializadas para hacerse con caramelos: nada de ponerse atrás, ahí solo llegan las bolas de caramelo y con mucha fuerza, duelen; parece que el mejor sitio para evitar las pedradas y poder coger caramelos es debajo de unos soportales debajo de los balcones: puedes asomarte de vez en cuando y coger lo que cae al suelo.

Ah, y si habías pensado en la inteligente opción de poner un paraguas bocarriba para protegerte y coger caramelos a la vez, por una discusión que había entre unos chicos y una señora pudimos deducir que está mal visto, incluso prohibido.

Y tras unos 10 minutos de "lanzamiento libre de caramelos", acaba la fiesta.


A parte de la poca organización a la hora de la procesión, que tenía que ir abriéndose camino casi a codazos entre la gente, y el peligro que conlleva la pedrea, está curioso aunque solo sea por estar en medio de esa lluvia de caramelos y proyectiles...