Una vez en el otro lado del puente, que se me hizo más corto de lo que yo pensaba, fuimos a Canal Street, a la zona donde se unen Chinatown con Tribeca. Primero queríamos (bueno, quería yo) ver uno de los restaurantes de Robert de Niro en este barrio, pero llegamos al cruce donde debía estar y no estaba, así que nos dimos la vuelta y volvimos a Chinatown. Tribeca no tiene demasiado interés.
Chinatown es un barrio jaleoso, lleno de chinos (fíjate tú), muy caótico, todo lleno de tiendecitas de imitaciones, de bazares, de tiendas de comida... Una especie de Times Square sin glamour y lleno de chinos. No me apasionó, me perturban estos sitios. Andamos un poco por sus calles y luego nos fuimos a Little Italy, que está pegado a Chinatown.
Little Italy, mucho mejor. Sólo con entrar en su calle principal se respira otro ambiente, más relajado, más alegre, todo lleno de pizzerías, con las casas típicas de las pelis y series de mafiosos, bares donde capos de la mafia fueron asesinados... En fin, esto es otra cosa, me gusta. Los italianos, como se acercaba la hora de comer, se lanzaban a los turistas para proponerles comer una pizza en su restaurante (qué tíos, me encantan). Jeje, tenían todavía una banderita de "Forza Italia", de la Eurocopa, pobres...
El siguiente destino era el Soho, que también linda con Little Italy. Es una zona tranquila, con edificios muy cuidados, de colores y de hierro, que ahora alojan tiendas de lujo en su mayoría. El Soho es una zona muy apropiada para pasear, igual que el Village, que fue el siguiente barrio que visitamos, también pegado al anterior.
Greenwich Village es una zona residencial, tranquila, pero sólo por el día. Por la noche es la zona por donde los jóvenes neoyorquinos salen de marcha. Ha sido cuna de movimientos como el hippie o punk, y al atardecer se puede ver gente de toda clase, con todo tipo de ropas, sin que nadie llame la atención. Nosotros lo vimos al mediodía, así que nos perdimos todo esto. Pero nuestra ruta nos llevaba, pasando por otras callecitas, a la casa que sirvió de exteriores para la serie Friends. Estuvo bien, no sólo por ver la casa, sino por ver la calle donde está, con unos edificios muy chulos, y por ver las calles de los alrededores. Una zona muy recomendable, cara para vivir, muy cara, pero para visitar está muy bien.
Terminamos esta ruta por los barrios de Manhattan en la calle gay por excelencia en Nueva York. Banderitas multicolor por todas partes, gente de todo tipo... Un ambiente alegre y desenfadado, en la gente y en las tiendas. Os lo podéis imaginar.
Después de llamar a casa y seguir paseando por la zona del Village (los parques tienen todos mucha vida, hay partidos de baloncesto, gente tocando, jugando al ajedrez...), tomamos el metro de vuelta a casa, medio muertos. Después de descansar un poco salimos a dar nuestro paseo diario por Times Square y a la camita, que fue un día muy intenso, pero, como véis, muy interesante: puente de Brooklyn, Chinatown, Little Italy, Soho, Village... Muy bien.
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