Me gustó mucho, la verdad, sobre todo esta última zona, con montones de turistas en un día soleado (hacer fotos del Big Ben deslumbrándote el sol es algo inusual). Y un montón de españoles, por cierto. Además me fui guiando sin mapa ni nada, sólo por la intuición, viendo a dónde iba la gente, haciendo las fotos que los demás hacían (si no, ni me habría dado cuenta de que pasé al lado de Downey Street, pero un montón de gented haciendo una foto a una verja me dio qué pensar).
Lo más divertido era cruzar las calles. Me gustó eso de que te señalaran dónde tenías que mirar, pero me volvía loca en las calles donde no lo ponía: ¡¡¡¿A dónde miro ahora?!!! Pues nada, miro a un lado, al otro y a correr.

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