Por fin me he terminado El talento de Mr. Ripley. Llevaba meses con él a medias. Lo empecé cuando todavía no había comenzado el curso de la UNED y tuve que parar para ponerme a leer los cerca de 20 libros de historia de la literatura hispanoamericana (algún día hablaré de este descubrimiento que ha sido para mí la literatura de latinoamérica).
El libro llevaba en la estantería años y años. Cada verano me decía lo mismo: "podría leerlo, a ver si me gusta algo más que la película". Porque la versión cinematográfica de la historia de Tom Ripley con Matt Damon, Gwyneth Paltrow y Jude Law como el trío protagonista me aburrió bastante. No sé por qué esperaba que con el libro sería diferente.
A pesar de que me gusta la novela negra, parece que Patricia Highsmith y yo no llegamos a congeniar. Ya me pasó con Extraños en un tren. En este caso, no lo llegué a terminar. También es que era más joven y menos cabezota. Y como ya sabía cómo acababa la historia, me rendí.
Puede ser el ritmo, o la historia, o esos personajes malvados y retorcidos que se terminan saliendo siempre con la suya y que tanto me desquician... No sé, pero hay algo que no me convence. Tom Ripley tiene un talento, está claro. Pero creo que el que se salga con la suya depende más del factor suerte que otra cosa.
Suspense, asesinatos, cambios de identidad, paisajes europeos, y un personaje con una personalidad enrevesada y, hasta cierto punto, atrayente, es lo que oculta El talento de Mr. Ripley. Un clásico, eso sí, aunque a mí no me llegue a convencer.