Dicen que lo de la canción del verano ya no es lo que era. Tienen razón, al menos este año. Y menos mal.
Recuerdo años de tormento con pseudocanciones con letras tan profundas como "No es amor, lo que tú sientes se llama obsesión". O años en los que en la época estival lo que se llevaba era lo hortera (vale, eso no pasa de moda nunca, siempre hay gente hortera por ahí suelta), con temazos como los que nos regalaba ese gran, gran ¿cantante? conocido como King África y su boooooomba, por poner un ejemplo.
Pero yéndonos más atrás en el tiempo todavía, podemos recordar a nuestro querido Georgie Dann y cómo nos ha animado veranos y veranos con sus ritmos pegadizos y letras profundas (ese mítico "La barbacoa, la barbacoa, cómo me gusta, la barbekiu" que sale a flote en cada conversación sobre canciones del verano). Y cómo olvidar a Los del Río. Su Macarena fue un año canción del verano en España y, poco tiempo después, y con una especie de remix extraño, llegó a ser bailada por el mismísimo Bill Clinton en plena campaña electoral estadounidense.
En fin, que preferimos que no haya canción del verano antes que tener que escuchar en todas las esquinas eso de "Aserejé, ja, dejé, dejebe tu de jebere sebiunouva majabi an de bugui and de buididipi". Si es que tenían razón quienes decían que era una canción demoníaca, ¿o no?