Sí, lo confieso: siempre que voy al cine, llevo palomitas hechas en el microondas en casa y coca-cola en una botellita. Me niego a pagar más por las palomitas y la cocacola que por la entrada de la peli, lo siento. Si los precios fueran más razonables, lo compraría allí (mmmmm, no sé). Pero al precio que ponen ahora, no.
Siempre me siento un poco delincuente por llevar todo escondido en el bolso (uno supergrande para que quepa todo, mi petate, como yo le llamo). Pero parece que no debería sentirme tan culpable: En Granada incluso se está multando a aquellas salas que prohíben la entrada a los espectadores que llevan comida de fuera. Pues eso deberían hacer siempre y en todas partes, o, si no, obligar a que los precios de la comida que venden se ajuste más a su precio real.
viernes, 21 de noviembre de 2008
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3 comentarios:
¿Qué sería de la industria del cine sin las palomitas y la coca-cola?
Lo curioso es que al menos en Barcelona, como ya no se venden tantas, suben el precio de la entrada hasta límites insospechables: 6'50 o incluso 7 euros. Un lujo que no te puedes permitir, y es triste porque no te puedes arriesgar a la hora de ir al cine. Has de estar seguro que la pelicula te va a gustar. Y creéme, es harto complicado.
Cuidado no te encuentres con Boyero en el cine que ya sabes que no soporta a la gente que come palomitas ano se rque sea 'Tiro en la cabeza' jejejejje.
Travis, es verdad, el cine está super caro, como para que luego la peli no te guste, te da algo...
Jajaja, sí, miraré siempre bien a ver si está Boyero al lado, por si acaso... Porque además llevo las palomitas en una bolsa de plástico, así que imagínate el ruido que hago cada vez que meto la mano para coger palomitas... Jajaja
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