Cuando pasan los Oscar, siempre pienso que los Globos estuvieron mejor. Me gustan más porque se premian series y películas, porque hay más libertad, menos ceñirse al guion, hay alcohol y los protagonistas de la noche están más sueltos. Los Goya tienen la gracia de lo español, con todo lo que conlleva... Pero los Oscar son los Oscar y siempre serán los Oscar. Tienen lo que hay que tener: glamour.
Ayer tocó pasar la noche en vela comentando en Eskup el minuto a minuto de la alfombra roja y la gala con Gregorio, Miriam y Álvaro (y Winston, Moeh y Eugenia a sus labores, además del apoyo del equipo de México y con Elsa en Los Angeles). Creo que quedó chulo, incluso es divertido repasarlo. Me quedo con el triunfo de The Artist (hay a quien no le convence esta película; pero también hay gente a la que le gustó Los descendientes.... Para gustos...). Y me quedo también con el Oscar al Mejor Guion para Woody Allen por Midnight in Paris. Ahora que lo pienso, fue el único premio con el que varios en la redacción gritamos de alegría.