Descubrí In treatment (En terapia lo llamaron en España) gracias a Casciari y su insistencia el año pasado con las grandezas de esta serie de la HBO. Las novedades que traía hacían que la curiosidad por la serie aumentara: emitida diariamente de lunes a viernes y con formato más cercano al teatro que al televisivo, nos invita a asistir a las sesiones de terapia de un psicólogo y sus pacientes de lunes a jueves y a la visita a una colega psicóloga los viernes. Con un argumento tan básico está claro que la base de la serie debe estar en los diálogos y en los personajes, no hay más de donde tirar.
Y así es. El hilo conductor lo tenemos en Paul, el psicólogo, Gabriel Byrne. Pero lo que nos va enganchando es la historia de los pacientes, saber qué les pasa, ahondar en sus personalidades y en las relaciones que establecen con su terapeuta, relaciones a veces bastante conflictivas. En la primera temporada, los protagonistas de verdad serán los pacientes y su relación con Paul.
Pero, por suerte, tras una excelente primera temporada, tuvimos una segunda, en la que se mantiene el nivel, con menos capítulos que la primera temporada (la larga duración de la primera temporada, con 43 episodios, es quizá lo peor de la serie; por eso, la segunda se queda en 35 capítulos). Pero en esta ocasión se podría decir que el protagonismo pasa de los pacientes al propio psicólogo, Paul, que tendrá que hacer frente a las consecuencias de la anterior temporada en varios sentidos (no quiero espoilear a nadie, perdonad mi ambigüedad).
Teatro en estado puro por la tele de la mano del hijo de Gabriel García Márquez, Rodrigo García, calidad asegurada. Ah, no la he visto doblada, pero seguro que pierde bastante, yo de vosotros me lanzaría a por la serie en versión original sin dudarlo. Además, así podréis ir conociendo a la que será la Alicia de Tim Burton.