domingo, 2 de enero de 2011

El bautizo del Niño

Bautizo del Niño en Palencia from Natalia Marcos on Vimeo.


Una tradición palentina a la que nunca había asistido es el Bautizo del Niño, que se celebra cada 1 de enero. Mis tías y mi abuela nos hablaban de esta fiesta y este año por fin nos hemos acercado a ver en qué consiste de primera mano.

Se trata de una fiesta reconocida desde 1999 como de Interés Turístico Regional (y que lucha por ser declarada de Interés Turístico Nacional). Tiene lugar en la iglesia de San Miguel, en la que, según cuentan, se casó el Cid Campeador, y empieza con un acto religioso en su interior que da paso al comienzo de la procesión de la imagen del Niño mientras suena un villancico, Ea:
Ea que eres como una perla
Ola que los niños te adoran
Oye que te rondan pastores
Vaya que eres sol refulgente, Niño del Alma
Niño del Alma.
Dan la vuelta a toda la iglesia en procesión para terminar de nuevo en la misma puerta por la que salieron del templo, momento en el que las autoridades suben a unos balcones y empieza la pedrea. Que es lo que su propio nombre indica: tirar proyectiles en forma de caramelos a todos los asistentes que abarrotan la plaza.

¿Divertido? Puede, así dicho. Pero cuando te dan unas cuantas bolas de caramelo en la sien, la cabeza... la cosa empieza a ponerse seria. Aun así, está curioso. Eso sí, hace falta técnicas especializadas para hacerse con caramelos: nada de ponerse atrás, ahí solo llegan las bolas de caramelo y con mucha fuerza, duelen; parece que el mejor sitio para evitar las pedradas y poder coger caramelos es debajo de unos soportales debajo de los balcones: puedes asomarte de vez en cuando y coger lo que cae al suelo.

Ah, y si habías pensado en la inteligente opción de poner un paraguas bocarriba para protegerte y coger caramelos a la vez, por una discusión que había entre unos chicos y una señora pudimos deducir que está mal visto, incluso prohibido.

Y tras unos 10 minutos de "lanzamiento libre de caramelos", acaba la fiesta.


A parte de la poca organización a la hora de la procesión, que tenía que ir abriéndose camino casi a codazos entre la gente, y el peligro que conlleva la pedrea, está curioso aunque solo sea por estar en medio de esa lluvia de caramelos y proyectiles...