jueves, 30 de agosto de 2012

Dentro del London Eye



Para ver Londres de las alturas, nada mejor que subirse al Ojo de Londres, la noria gigante a orillas del Támesis. Un poco caro para aproximadamente media hora de vuelta (17 libras si se sacan en la web), pero las vistas merecen la pena. No hay mucha cola, entre la fila para sacar las entradas y para montarse en la noria tardamos poco más de media hora, aunque imagino que variará en función de la hora del día (a última hora de la tarde había menos gente que a las cinco de la tarde, por ejemplo). En cada cápsula entran unas 15 personas, pero depende: en algunas meten a más personas que a otras. De todas formas, hay sitio para todos y da tiempo de sobra a hartarse de hacer fotos por todos los lados posibles.


 
Es curioso que la noria no para de girar en ningún momento: la gente se baja y se sube en marcha, así que os podéis hacer una idea de la velocidad lentísima a la que va. Ah, y un consejo si os váis a montar en la noria: prestad atención al tiempo y al lugar donde está el sol (si es que lo hay): al atardecer, el sol se esconde por detrás del Parlamento y la torre del Big Ben, con lo que las fotos saldrían siempre a contraluz... Nosotros montamos en una tarde nublada, creo que fue lo mejor para sacar fotos sin problemas de luces.