La Semana Santa en Castilla y León tiene algo; me gusta su sobriedad. Solo he pasado una noche en Zamora, suficiente para ver un par de procesiones el Lunes Santo. Una de ellas, que salía a las 24.00 horas, es la del Cristo de la Buena Muerte. Silencio, velas, tambores, cánticos como de ultratumba acompañando a Cristo en su camino entre el Románico zamorano.