Hacía mil años que no me tomaba un chocolate con churros en una churrería. Y ha tenido que ser en la mítica churrería San Ginés, entre las calles Arenal y Mayor, en uno de los pasadizos más antiguos de Madrid. Ahí lleva desde 1894. Valle-Inclán inmortalizó este lugar en Luces de Bohemia al ser el lugar donde encarcelan a Max Estrella por alborotador, como recuerda una placa en la entrada de la churrería.
Aunque dicen que vive de las rentas y de la fama que tiene, a mí me gustó su chocolate y sus churros.